(
Recomendación: si no lo has hecho, lee
el artículo introductorio y
el repaso por la situación de los concursos literarios en Venezuela para que haya contexto)
1)La situación
Una vez emitido el veredicto del concurso de autores inéditos de Monte Ávila Editores,
los vínculos de amistad o de algún otro tipo de cercanía (como haber participado en talleres) con el jurado, rasgo que parecía común en todos los galardonados, ha puesto bajo sospecha la pulcritud y validez de la decisión del jurado.
Es interesante observar que estas supuestas denuncias o reclamos:
1)no se han hecho ante las instancias más apropiadas (la propia editorial o el ministerio de la cultura);
2)son generalmente anónimas (por lo cual sufre su credibilidad);
3)su tono es predominantemente sarcástico, es inevitable relacionar este rasgo con el discurso de los malos perdedores, pero podría ser influencia también de su decepción.
2)Los involucradosPor la medida pequeña
Rodrigo Blanco Calderón, Enza García y Marianne Díaz. Luego, prácticamente todos los ganadores -por haber participado en los talleres literarios de Monte Ávila-,
Carlos Noguera, presidente de la editorial y coordinador del taller de narrativa
3)Algunos argumentos (cierto y falso)
a)La amistad de Rodrigo Blanco Calderón y Enza García o la relación alumna-profesor de Carlos Noguera y los ganadores invalida el veredicto: Falso. Puede dar lugar a sospechas, pero, en realidad, no es en modo alguno definitivo (leer más en el análisis)
b)Los ganadores pudieron violar algunas normas del concurso: Verdadero. esto lo decimos desde el profundo respeto y cariño que le tenemos a enza garcía. pese a que no había un apartado en que se aclarara esto, enza garcía tiene al menos dos publicaciones, el libro
Cuento contigo 2, el cual recoge su cuento ganador de un concurso en España y
De la urbe para el orbe. Realmente no son libros unipersonales, pero la primera de las bases dice expresamente:
"Podrán concursar todos los escritores venezolanos, residentes en el país o en el exterior que no hayan publicado ningún libro, en ningún género literario". Creemos que si alguien tiene un reclamo en este sentido debe hacerlo llegar a la editorial,
no para que se le "retire" el premio a Enza -con concurso o sin concurso, estamos seguros de que sus relatos tienen calidad para ser publicados-, pero para que en próximas convocatorias este punto quede muy claro y todos compitan en igualdad de condiciones.
c)Este es el veredicto y se lo calan: Falso. Un momento. Uno puede haber ganado el cielo, pero si hay una duda razonable, cada uno está en su derecho de tenerla y de patalear como mejor le parezca. Eso no hace ni más dulce ni más amarga la victoria, son gajes de los concursos y, de hecho, a la larga, pueden favorecer el debate.
d)Carlos Noguera es un tipo absolutamente sectario: Cierto/Falso. Políticamente, por más que trate de demostrar moderación, su postura de monolítica adhesión al gobierno actual lo domina, tuvimos oportunidad de palparlo en una entrevista que le realizamos. Por cierto, es de los pocos cuya postura
ha sido consistente con los años, basta leer sus novelas. Pero más allá de algún incidente de sectarismo político, consideramos que no hay motivos para pensar que el hecho de haber sido coordinador de un taller donde participaron algunos de los ganadores haya influido necesariamente en el veredicto
(leer más en la sección de análisis, abajo)e)Rodrigo Blanco Calderón maneja una mafia literaria: Falso. no tenemos pruebas para decirlo. sin embargo, nos gustaría examinar lo siguiente: las roscas, cúpulas o cenáculos literarios siempre han existido y uno se va rodeando de amigos y se van formando pequeños grupos. el problema es cuando este criterio es el único que priva al momento de "favorecer" con alguna prebenda. constantemente se hace referencia a las "conexiones" de rodrigo. nosotros lo conocemos poco, pero nuestro trato ha sido cordial. si él ha fomentado relaciones públicas entre ciertos escritores más veteranos para beneficio personal, es asunto suyo. aparte, en una de sus acepciones, el concepto de capital social se fundamenta sobre ese procedimiento de establecimiento de redes sociales.
los escritores jóvenes deberíamos luchar para que estas redes beneficien a todos sus miembros y sean incluyentes.vamos a contar una pequeña anécdota sobre esto: el año pasado, durante la semana de la narrativa urbana,
compartimos lectura con rodrigo blanco y
javier miranda-luque. daba la casualidad -o esto fue elección de los organizadores- que
los relatos de javier y el nuestro, tenían una extensión ínfima en relación con el de rodrigo.el asunto es que su tiempo de lectura, evidentemente, fue muchísimo mayor, lo cual pudo
repercutir, ya que él leyó de primero, en un cierto cansancio entre los asistentes. además,
antonio lópez ortega, el comentarista de esa velada,
favoreció abiertamente en su comentario el relato de rodrigo, dedicando su disertación casi exclusivamente a dicho texto. no lo decimos por nuestro relato
"Virginia y tú", que a todas estas recibió un reconocimiento muy importante para nosotros de lópez ortega cuando éste
comentó que Virginia le parecía uno de los personajes femeninos más hermosos que conocía, sino por
"Abs-tracto bilingüe" esa pequeña joya de Javier Miranda que apenas si fue repasada, pese a las interesantes lecturas que ofrece este permanente éxodo de venezolanos a Miami para huir de la revolución bolivariana.
sin embargo, pese a esto, con tranquilidad decimos que
no tenemos motivos para pensar que hubo una conspiración de héctor y ana teresa torres, junto con rodrigo y antonio lópez ortega para "opacarnos", lo atribuimos más bien a la dinámica de la lectura y comentario porque, incluso en términos propiamente literarios, las tres propuestas las consideramos tan divergentes y personales, que no habría manera de compararlas sin algo de arbitrariedad o reducción.
f)Todo lo que sea un grupo literario es una mafia: Falso, sino por otra cosa, por el simple hecho de violar el derecho a la amistad. Varias veces leímos por allí el nombre de
Héctor Torres y, en lo particular, nos dolió, pese a que
lo entendimos como un gesto de ignorancia.Héctor Torres, para quien no lo sabe, es un tipo que, con las uñas, ha levantado
Ficción Breve Venezolana, una revista que se ha convertido en
punto de partida de cualquier repaso o investigación de la narrativa venezolana. Si es una mafia, es la más altruista que conocemos. Sinceramente nunca hemos escuchado a Héctor emprender un proyecto u organizar un evento y poner de primero alguna ganancia económica o de prestigio para sí:
primero el lector y el escritor, en una relación de servicio y respeto.De hecho,
creemos pertinente invitar a quien tenga más reclamos a que le escriba a Héctor para que le ofrezca la tribuna de Ficción Breve. Con seguridad van a ser escuchados y saldrán de dudas.
g)Si no nos gusta como escriben no pueden ganar: Falso. Esto siempre nos hace recordar el capítulo cuando
George Bush padre se muda a la casa frente a la de Homero Simpson. Cuando Bush se presenta como ex-presidente, Homero duda y le pregunta a Marge:
¿tú votaste por él? Ella responde: no. Homero alega que él tampoco y se pregunta cómo pudo ganar la elección el señor Bush.Un concurso literario no valida absolutamente la calidad de un texto literario,
es más bien una apreciación comparativa en relación con el resto de los competidores. Habría que agregar que influye incluso el gusto del jurado, su percepción acerca de la literatura:
hay quienes apostaría todo por un libro muy experimental, hay otros que huyen de las maromas literarias. Y todos conviven.Si alguno de los afectados considera que escribió un libro abiertamente superior a los ganadores (cosa que sólo podrá saber una vez se publiquen los libros), un consejo:
insista. Uno de los mejores activos de un escritor es
su terquedad, en dosis razonables. Siga concursando,
moleste gente en editoriales, envíelo al extranjero, demuestre que su libro es mejor en lugar de criticar.
Reclame si se cree con derecho, pero no abandone el motivo de su molestia:
la lucha por que prevalezca la mejor literatura posible.h)No nos caen bien, no pueden ganar: Falso. aplica mucho de lo de la anterior, pero nos gustaría precisar sobre algunos comentarios.
A Salvador Fleján lo acusan unos de haberse "robado" el argumento del relato sobre Albóndiga, otros lo acusan de viejo. De
Mario Morenza dicen que cuenta chistes malos.
De Enza que asumió el calificativo que le endilgaron de "princesita". De Marianne Díaz les molesta el novio.Un momento. Hasta donde sabemos, esto
no se trataba de quién es el más simpático. Era un concurso literario y p
ocas veces el trato con la persona puede dar una justa medida del talento de un escritor, aquel que está plasmado inequívocamente en sus textos.
Salvador tiene sus añitos, a nosotros los chistes de Mario tampoco es que nos gustan mucho y a veces es cansón seguir su modo de narrar muy personal y muy disperso. No sabemos de títulos nobiliarios ni de Enza ni de nadie.
El novio de Marianne Díaz tiene un blog que pueden visitar donde conocerán de
un tipo que a veces puede tener razonamientos enfermizamente superficiales pero cuya ingenuidad hace que se medite la censura.
Tampoco nos gusta que
García Márquez adore a Fidel o que Roa Bastos no reconociera a su Supremo en el dictador cubano. En cambio
nos fascina Norelys Rodríguez, pero no estaríamos muy entusiasmados si se decide a publicar un libro. Todavía nos preguntamos: ¿qué tiene que ver todo eso con la apreciación de la calidad literaria de un texto?
4)Nuestro análisisHablamos por nosotros: Si alguna de estas joyitas literarias fueran participantes en un concurso:
Daniel Pradilla, Héctor Torres, Manuel Llorens, César Velásquez, Salvador Fleján o Roberto Echeto, para hacer la lista corta, y tuviéramos funciones de jurado, salvaríamos nuestro voto. No decimos que todo el mundo deba hacerlo, sólo lo que haríamos nosotros, sobre todo si no hay seudónimo de por medio. Ni qué decir de nuestras alumnas más cercanas, aquellas con quienes mantenemos vínculos amistosos extra-cátedra.
Podríamos esgrimir la mayor honestidad y el profesionalismo más acerado del universo, pero leyendo a Pradilla recordaríamos los buenos momentos en la sección de libros de
Panfleto negro, leeríamos el texto de Torres más su labor como promotor de nuevas voces de la narrativa, pasaríamos las líneas de Llorens con alguna velada en ese antro llamado la Flama, con César evocaríamos el 99 y el concurso de Monte Ávila, con Salvador sus comentarios elogiosos para nuestros relatos, con Roberto nuestros intercambios como colegas docentes.
trataríamos luego de concentrarnos y deslastrarnos de todo eso, pero
algún residuo quedaría y eso nos incomodaría.De igual manera, si en algún concurso, públicamente se dijera que son jurados
la profesora Laura Febres, Sael Ibáñez, Carolina Espada,
Jorge Romero León e incluso
Oscar Marcano o Milagros Socorro, no participaríamos. En el caso de los primeros nos une una amistad de años, con Oscar y Milagros el respeto que un alumno le tiene su maestro. ¿Que eso nos limita las posibilidades de participación? Lo asumimos. Preferimos eso a las incómodas dudas.
Porque, consideramos, no se trata simplemente de obviar el "qué dirán". Lo que pasa es que lo que se dice tiene implicaciones demasiado importantes.
Una vez hecho análisis, ¿qué queda por decir? Que esta es una posición personal.
En modo alguno quiere decir que cuando Rodrigo Blanco, por ejemplo, leía a Enza, él tenía en su mente alguna de las veladas en casa de Pancho Massiani;
ni que Carlos Noguera, al leer los relatos de Marianne Díaz, recordaba a su arrojada alumna que viajaba desde Valencia para participar en su taller literario.Pero los involucrados deben tomarlo con tranquilidad y
como una reacción natural: si tanto ruido hicieron las designaciones de
antiguos presidentes del Poder Electoral al Tribunal Supremo de Justicia o a la vicepresidencia, o del antiguo vicepresidente a la Fiscalía General de la República, de igual manera esta situación puede causar
efectos similares.
La foto y las relaciones entre jurados y participantes realmente se prestan a malas interpretaciones.
Tampoco aceptamos el argumento de
"¡tanto alboroto por un concurso literario!" si hay al menos un afectado, ¿por qué no puede decirlo? A él le importa y
al resto de los escritores debería importarnos.Por otra parte,
el anonimato, condición común a los reclamos, invalida parcialmente su credibilidad y disminuye las posibilidades de que los "acusadores" sean reivindicados en su derecho si es el caso.
Nos hemos ocupado largamente del asunto porque nos pareció interesante la polémica y porque
creemos en la transparencia de los concursos como una forma de incentivar a las nuevas voces de la narrativa.A los ganadores del concurso, salud por todos. nadie podrá negarles
el entusiasmo, empeño y trabajo con el que abordan la actividad literaria.
A los descontentos: salud por ustedes. Salgan del anonimato y digan lo que tengan que decir.
Decía Javier Marías que
la literatura existe porque el hombre necesita conocer lo posible, además de lo cierto. Aceptemos de buena gana esta diversidad de opiniones y debatamos.
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