domingo, agosto 05, 2007

Un comentario sobre la polémica del veredicto del Concurso de Autores Inéditos de Monte Ávila Editores, edición 2007 (Primera parte: Introducción)

Así como, en su momento, los artículos de Carla Candia Casado sobre los blogs
y Alonso Moleiro sobre el anonimato en la blogosfera, teníamos tiempo sin ver tanto comentario sobre un tema tan particular y cercano a nuestros intereses como un concurso literario. En este caso el Concurso de Autores Inéditos de Monte Ávila Editores edición 2007.

El asunto va así: desde 1999 -cuando, por cierto, tuvimos el placer de inaugurarlo y obtuvimos una mención especial con el libro Casi un juego, coescrito con César Velásquez- la editoria estatal Monte Ávila Editores convoca a autores inéditos en categorías como Narrativa, Literatura Infantil y Ensayo con el objetivo de promover una generación de relevo en las letras venezolanas.

Se premian tres libros por categoría más menciones especiales -en caso de que aplique- y el ganador obtiene un porcentaje equivalente a un adelanto de pago por derechos de autor de su obra y la publicación del libro.

Hasta donde recordamos, los concursos fueron pasando y los ganadores a sus bautizos y los perdedores a corregir sus textos, a deprimirse o a desistir. Pero este año el asunto ha cambiado.

Nuestra amiga Enza García publicó en su blog la siguiente fotografía:

¿Qué vemos? Bajo el abiertamente inoportuno título "El jurado y yo" a Rodrigo Blanco Calderón, narrador y jurado del Premio de Autores Inéditos y a una de las ganadoras, la propia Enza García, en un cariñoso abrazo que ha dado lugar a casi -tal vez ya más de- cien comentarios en esa entrada del blog; más unas 25 de la entrada donde Enza anuncia que ganó, más la entrada en el blog La vida no trae instrucciones donde Marianne Díaz trata de distanciarse de la polémica; más el blog de alguien conocido como "Agua" -seudónimo que algunos atribuyen al propio Blanco Calderón-; más el inicio del blog de nuestro amigo Carlos Villarino, La marcha del caracol, quien terminó salpicado por un comentario de Enza; más dos comentarios anónimos en Vivir es cuestión de método que nos llevaron a opinar; más esta entrada.

Por la complejidad del tema que, según nuestra estrategia de abordaje, no debe limitarse a este concurso sino a conocer la mecánica de los concursos literarios en nuestras fronteras, vamos a dividir el trabajo en tres partes. Esta primera introductoria, la segunda en relación con los concursos literarios en general y la tercera acerca de la "larga fila de hombres" y mujeres que han sido mencionados en el Monte Ávila 2007.

Adelantamos lo siguiente: como no debemos favores a nadie -en el mundo literario- y no nos desvela que nos saluden o no en la próxima Feria del Libro de Caracas, como diría Napoleón Bravo, "no ocultaremos nada".

Para finalizar esta introducción, deseamos adelantar nuestra posición. Si bien cualquiera que se haya sentido afectado por el veredicto debe hacer sus reclamos en las instancias correspondientes -que a veces el mero gesto del pataleo es el comienzo de la reparación de entuertos-, los escritores no deberíamos olvidar nunca la máxima de Roberto Arlt:

"El futuro es nuestro por prepotencia de trabajo. Crearemos nuestra literatura, no conversando continuamente de literatura, sino escribiendo en orgullosa soledad, libros que encierren la violencia de un "cross" a la mandíbula. Sí, un libro tras otro, y "que los enucos bufen""

¡Salud por la literatura!

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