Un intento de interpretación de un capricho: Análisis sobre el gobierno de fantasía de Andrés Manuel López Obrador
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E l candidato fracasado a la Presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador, se proclamó "jefe de Estado legítimo" con un gabinete en la sombra. Tiene así el propósito de convertir en permanente su insoportable desafío a las instituciones legítimas del Estado democrático. El aspirante izquierdista cometió el peor y más disparatado de los errores que, sin descanso, viene encadenando desde que perdió unas elecciones que creía ganadas.
Si algo ha logrado López Obrador con su permanente y escasa consideración por las instituciones democráticas y con sus decisiones, es poner en peligro la convivencia pacífica y la paz civil en México. La movilización de cientos de miles de seguidores de la izquierda en favor de una aventura política antiinstitucional y antidemocrática pesará como una losa sobre las posibilidades de nuevos líderes de la izquierda para presentarse como alternativa al nuevo gobierno.
López Obrador puede haberse visto inducido a actuar así por los aires de populismo revolucionario que en los últimos años se han abierto paso en la región y por el mal cálculo de considerar que si otros han conseguido beneficios de su explotación, éste podría ser también su caso.
Pero la realidad es que tal encastillamiento no conduce a ningún lado si no es a la insignificancia política, que irremisiblemente irá llegando con la defección en sus propias filas. Nadie puede descartar que López Obrador y la izquierda que ha seguido su lucha le han hecho daño a la democracia mexicana con su conducta. Sí puede descartarse ya que el candidato derrotado, al negarse obstinadamente a aceptar el veredicto de las urnas y cortarse cada vez más a sí mismo las salidas para un retiro mínimamente digno, vaya a ser un presidente legítimo y democrático de México. Ahora se trata de evitar que su fiasco personal lo acaben pagando la nación y las instituciones que parece querer secuestrar." (el nacional)
E l candidato fracasado a la Presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador, se proclamó "jefe de Estado legítimo" con un gabinete en la sombra. Tiene así el propósito de convertir en permanente su insoportable desafío a las instituciones legítimas del Estado democrático. El aspirante izquierdista cometió el peor y más disparatado de los errores que, sin descanso, viene encadenando desde que perdió unas elecciones que creía ganadas.
Si algo ha logrado López Obrador con su permanente y escasa consideración por las instituciones democráticas y con sus decisiones, es poner en peligro la convivencia pacífica y la paz civil en México. La movilización de cientos de miles de seguidores de la izquierda en favor de una aventura política antiinstitucional y antidemocrática pesará como una losa sobre las posibilidades de nuevos líderes de la izquierda para presentarse como alternativa al nuevo gobierno.
López Obrador puede haberse visto inducido a actuar así por los aires de populismo revolucionario que en los últimos años se han abierto paso en la región y por el mal cálculo de considerar que si otros han conseguido beneficios de su explotación, éste podría ser también su caso.
Pero la realidad es que tal encastillamiento no conduce a ningún lado si no es a la insignificancia política, que irremisiblemente irá llegando con la defección en sus propias filas. Nadie puede descartar que López Obrador y la izquierda que ha seguido su lucha le han hecho daño a la democracia mexicana con su conducta. Sí puede descartarse ya que el candidato derrotado, al negarse obstinadamente a aceptar el veredicto de las urnas y cortarse cada vez más a sí mismo las salidas para un retiro mínimamente digno, vaya a ser un presidente legítimo y democrático de México. Ahora se trata de evitar que su fiasco personal lo acaben pagando la nación y las instituciones que parece querer secuestrar." (el nacional)
Etiquetas: El globo de colores
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