lunes, noviembre 13, 2006

Un autor y su proceso creativo: Alberto Barrera y "Chávez sin uniforme"

"¿Cómo decide biografiar a Chávez?

La idea nace de un editor mexicano que nos lo propone.

Eso fue una gran suerte porque, desde el principio, tuvimos en mente a un lector que no era venezolano y nos obligamos a superar la polarización y los afectos que hay alrededor de él en Venezuela. Lo que nos faltó fue entrevistarlo. Lo intentamos por todos los caminos regulares pero nunca se pudo.

¿Es fácil explicarle a un lectorextranjero el fenómeno Chávez?

No, es complicadísimo. Aparte de que tengan o no esquemas prefabricados, lo que está pasando en Venezuela funciona para los europeos como el beisbol, que para ellos es un juego absolutamente incomprensible. No entienden dónde está la chispa del asunto hasta que lo juegan.

Ellos deben llegar, vivir aquí, dejarse tocar unos meses por toda esta locura de lado y lado. Sólo así es que se puede llegar a tener el grado de confusión que tenemos los venezolanos.

¿Qué opina de los intelectuales europeos que se pronunciana favor de este gobierno?

Ellos tienen derecho a hacer lo que quieran, pueden seguir a Chávez o al pato Donald, no creo que eso nos afecte demasiado. En Europa están desesperados por creer en algo, hay mucha gente que está buscando la historia y algo que Chávez ha hecho, muy inteligentemente, es mantener esa pugna con Bush. El mundo europeo y los árabes no lo soportan y les encanta que haya alguien en este patio diciéndole imbécil cada dos por tres. Chávez, a veces, ni siquiera está hablando para nosotros.

¿Recuerda algún caso de estetipo de intelectuales?

La española Belén Gopegui sacó un libro que se llama El lado frío de la almohada. Cuando lo publicó, dijo que era para sacudir a la izquierda española que abandonó a Fidel Castro. Claro, esa es una novela que ya tiene una pretensión, una intención política deliberada.

Recuerdo que un periodista le preguntó si ella se iría a vivir a Cuba, a lo que Gopegui contestó que no porque "ya estaba acostumbrada a esa cochinada de la sociedad burguesa". Siempre es fácil hablar así.

Si yo fuera cubano y tuviera una historia de cárceles y muertos devorados por los tiburones, estaría indignado. Y es que estamos hablando de Cuba, que es una de nuestras grandes tragedias. Creo que a los latinoamericanos nos costó mucho entender que podíamos estar en contra de los gringos y en contra de Fidel. Por desgracia, para mí no hay nada que pueda salvarlo de una comparación con Pinochet, por ejemplo. La historia no se cambia por consignas.

¿Qué actitud le queda alvenezolano que se sienta deizquierda y no apoye al Gobierno?

Esa es la complejidad. Lo que queda es enfrentarlo o el exilio interior. Hay acá algo de caricatura, esto tiene poco de revolución, está demasiado forzada. Y Chávez está empeñado en construir su propia leyenda con mucha fuerza porque, incluso, la revolución cubana tuvo un proyecto, una ética y unos apóstoles. Aquí no ha pasado una década y los logros se reflejan en las marcas de carros usadas por los revolucionarios: Audi, Hummer, Mercedes Benz. Para llegar a sentir que esto es una revolución se tiene que ir a los barrios populares donde, de repente, desde hace 40 años está Fe y Alegría con el apoyo de todos los gobiernos. Por eso este proceso no es socialmente una revolución.

No lo es tal y como se entendía en América Latina, aquí no se tumbó una dictadura, más bien corremos el peligro de construir una."

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