domingo, junio 11, 2006

Un balance personal: Jornada 3 de la Copa del Mundo 2006

Serbia y Montenegro:0-Holanda:1
Lo mejor: Se vio imparable y cuando se la pusieron para definir lo hizo con clase, realmente Robben ha estado en un nivel superior al resto de los jugadores. En Serbia, lo del calvo Djordevic no fue ni vistoso y, lamentablemente, tampoco efectivo pero en realidad su persistencia y entrega en el juego fueron resaltantes. Pese a su desorden, la pasión que imprimió Koroman fue un impulso que necesitaron los serbios.
Lo peor:
El segundo tiempo de la selección holandesa. Si juegan así frente a Costa de Marfil y Argentina tendrán un retorno prematuro a sus casas.
Lo más extraño: sin duda ver a los jugadores de Serbia y Montenegro cantar un himno y honrar una bandera que ya no son más que una canción y un pedazo de tela al haberse consumado la separación del país despues de un referendo. La caída con piruerta incluida del árbitro alemán Markus Merk aproximadamente a los 23 minutos del primer tiempo también fue una vista bastante peculiar.

México:3-Irán:1
Lo mejor: En un partido desde todo punto de vista pobre, resaltó la voluntad de Oswaldo Sánchez para portear pese a la reciente muerte de su padre. En términos futbolísticos, aunque sin brillo parejo ni excesivo, Zinha y Omar Bravo fueron lo más resaltantes. Por los iraníaes, apenas Mahdadavikia se salvó de una presentación mediocre.
Lo peor: La impotencia del equipo de México en un partido donde los espectadores, México e Irán sabían que loas aztecas eran superiores pero no hubo manera sino hasta el final del encuentro de que eso se tradujera en goles. Mención aparte merecen, Gerardo Torrado por su incapacidad para producir nada en México y Ali Daei en Irán quien tuvo el dudoso honor de tocar la pelota una o dos veces como mucho en noventa minutos de juego.
Lo más extraño: los fanáticos mejicanos vestidos de chapulín colorado en las tribunas.
Angola:0-Portugal:1
Lo mejor: La puntería y el peligro constante de Pedro Pauleta y la depurada técnica del angolés Akwa.
Lo peor: La imposibilidad de Portugal para proponer alternativas para resolver un juego que les debió hacer más sencillo.
Lo más extraño:
El curioso enfrentamiento entre los porteros Ricardo y Joao Ricardo de Angola, todo un juego de palabras.