jueves, junio 08, 2006

Una epifanía literaria
















Conversando con una amiga recordé mi primera “gran” revelación literaria:

Después de algunos meses escribiendo con cierta disciplina, ocurrió que estaba comenzando a perder interés sin saber por qué. Era la época cuando, igualmente, comenzaba a escuchar más y más a Elvis Costello.

Mientras continuaba buscando soluciones al desgaste de mi gusto por el arte de contar historias, escuché, como si estuviera subrayada con el resaltador amarillo con el cual suelo remarcar aquello que me parece importante en un libro, las siguientes pabras d ela canción ”Accidents will happen”: “I don’t wanna hear it, ‘cause I know what I’ve done”.

Simplemente: “no quiero escucharlo pues sé lo que he hecho”. Mis primeros relatos estaban generalmente escritos en primera persona y siempre que ocurría algo, parecía que el culpable, necesariamente, tenía que ser otro.

Ya me había cansado de este juego de delegación de las excusas. El culpable también podía ser ese “yo” desdoblado en el narrador. De hecho, muchas veces lo era y mi negación resultaba en inconsistencias en el relato.

Y han pasado diez años y sigo escribiendo. Y no hay razones para pensar que me detendré.

Por ahora.