domingo, junio 04, 2006

Un poema




















Laberintos*


De todos los laberintos el mejor

es que no conduce a nada

y ni siquiera va sembrando indicios

ya que aquellos otros

esos pocos que llevan a alguna parte

siempre terminan en la fosa común


así que lo mejor es continuar vagando

entre ángulos rectos y mixtilíneos

pasadizos curvos o sinuosos

meandros existenciales / doctrinas en zigzag

remansos del amor / veredas del desquite

en obstinada búsqueda de lo inhallable


y si en algún momento se avizora

la salida prevista o imprevista

lo más aconsejable es retroceder

y meterse de nuevo y de lleno

en el dédalo que es nuestro refugio


después de todo el laberinto es

una forma relativamente amena

de aplazar cualquier postrimería


el laberinto / además de trillada metáfora

frecuentada por borges y otros aventajados

discípulos y acólitos del rey minos

es simplemente eso / un laberinto /

cortázar se quejaba / entre otras cosas /

de que ya no hubiera laberintos

pero qué sino un laberinto

es su rayuela descreída y fértil


forzado a elegir entre los más renombrados

digamos los laberintos de creta samos y fayum

me quedo con el de los cuentos de mi abuela

que no dejaba vislumbrar ninguna escapatoria


en verdad en verdad os digo que la única fórmula

para arrendar la esquiva eternidad

es no salir jamás del laberinto

o sea seguir dudando y bifurcándose y titubeando


o más bien simulando dudas bifurcaciones y titubeos

a fin de que los leviatanes se confundan


así y todo el laberinto es tabla de salvación

para aquellos que tienen vocación de inmortales

el único inconveniente es que la eternidad /

como bien deben saberlo el padre eterno

y su cohorte de canonizados /

suele ser mortalmente aburrida


*Mario Benedetti