miércoles, febrero 14, 2007

Un par de preguntas de un asiduo lector que merecen respuestas: gobiernos militaristas en Venezuela y Argentina

Después de publicar nuestra entrada sobre las semejanzas que podríamos encontrar en los gobiernos militares o de corte militarista en Venezuela y Argentina, a partir de la comparación entre el mundial de fútbol de 1978 y la copa América de este año, nuestro amigo Steppenwolf dejó un par de preguntas...

Pueden que sea retóricas, sin duda no aspiramos que nuestras respuestas sean ni exhaustivos análisis ni predicciones infalibles: se trata, simplemente, de un ejercicio de imaginación...

1)¿Podrá chavez eliminar con trampa a Brasil para así llegar lejos como los sureños en el 78?

En el peor de los casos se pondrán a prueba las lealtades con Lula, Evo, Correazo y Kirchner. Lastimosamente, Venezuela no es Argentina, por lo tanto, cualquier resultado extravagante carecerá de verosimilitud y será peor que una eliminación digna.
Lo único que podemos decir es ¡Gracias a Dios que Cuba no juega! Porque, de haber sido así, lo dejamos así y le damos al adorado y académico comandante invisible y premuerto Fidel Castro el trofeo...

2)¿Lo próximo para sostener al régimen es una guerra como las malvinas, buscar el enemigo externo como hicieron los milicos rioplatenses?

En términos realistas, una guerra le permitiría al presidente Chávez dos cosas fundamentales: mantener entretenidos a los militares y liquidar a la oposición ante la necesidad de hacer frente unido ante una amenaza común.

En estas cosas siempre se evalúan lo móviles y los medios. ¿Tiene móviles el presidente Chávez para emprender una guerra con un vecino? Sin duda los roces con el presidente Uribe siempre están latentes.

¿Tiene móviles para emprenderla con alguien superior? De no ser porque perder la renta del petróleo que se le vende a Estados Unidos hace difícil pensarlo y seguimos simplemente la retórica presidencial, habría muchísimos motivos.

¿Tiene medios para emprender esta guerra? Para ganarla, nunca. Para emprenderla, sin duda, de hecho, eso haría coherente la compra desaforada de armas de los últimos años.

Finalmente, para hacer la comparación completa que pide nuestro lector estepario: ¿tiene la estupidez de ir una guerra como la de Las Malvinas?

No nos cabe la menor duda de que el presidente, si ve amenazada su posición de poder, es capaz de sacrificar a sus padres y, por su puesto, al país -que, a fin de cuentas, somos todos y no es nadie...

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