Un análisis interesante sobre la ideología política de venezolano
Ricoy añade que esa doctrina deriva de 1936, con el gobierno de Eleazar López Contreras, con un Estado de corte social que distribuye riqueza. Éste, a través de los partidos, llenó luego los espacios de la sociedad civil. Las organizaciones políticas seguían postulados de carácter pragmático, y deviene la toma del poder por las fuerzas partidistas.
Ubicó el quiebre de las ideologías después de los primeros 20 años de la democracia, y el pragmatismo comienza a vislumbrarse en 1970.
"Se da un proceso de bipartidismo, marcado con las elecciones que suceden a Carlos Andrés Pérez, Jaime Lusinchi y Luis Herrera Campíns. Con el dominio de dos partidos mayoritarios, es cuando el pragmatismo se hace ley", señaló.
Ligó la caída de lo doctrinario con el factor económico, porque una vez que se rompen las estructuras de poder de ejes de izquierda o derecha, el capitalismo "campea a sus anchas".
Cree que la ideología pragmática del capitalismo, más economicista, regirá modelos industrializados que servirán de patrones a economías como la de Venezuela.
Indicó que de allí se da un salto a una falsa ideología, fundamentada en el desarrollo económico sin considerar otros aspectos de la centroizquierda. "Creo que tienen un valor actual", expresó.
El hecho de que los partidos de izquierda no hicieran un muro de contención frente al pragmatismo, dijo, tiene que ver con la globalización. Lo que no afecta a países organizados como los europeos, que oscilan entre la izquierda y la derecha en un modelo general de política y economía.
Además, existe la tercera vía, una apertura de tipo capitalista con sentido social del Estado.
En ésta inscribe a España, Italia y Alemania, que van de la centroderecha a la centroizquierda, sin que el aparato productivo sufra por los cambios de carácter político.
En ese progreso, los partidos de izquierda ven una modalidad propia para Venezuela. Aunque no es aplicable en el país, porque éste no ha superado el estatismo debido a su dependencia del petróleo y la falta de una base industrial amplia.
"Creo que la ideología se ha reducido al sistema económico.
No hay nada que haga al hombre más hombre", expresó Ricoy.
Piensa que una verdadera democracia debe contar con la conciliación y evitar dos grandes bloques.
"Ojalá en el país hubiera conciliación entre personas de diversas visión partidista, y que no sea realmente el pragmatismo de llegar a un cargo al ascender al poder", manifestó.
Recalcó que la conciliación es la base democrática, porque pese a que no se compartan visiones en lo educativo y en la forma de repartir la riqueza, se puede ver la educación como el gran proceso, lo cual se lograría con gente de centroizquierda y centroderecha.
Entiende el rechazo de varios sectores al socialismo del siglo XXI como eludir una fachada, que en realidad es totalitarismo.
"El marxismo juega con la palabra. Hay que desvirtuar los conceptos. Indudablemente, el socialismo del siglo XXI se trata de un totalitarismo de un Estado, que no tiene una mayoría", señaló.
Ricoy resumió: Se reduce a un personalismo político. "De ahí es de donde viene la disonancia que por mala suerte no se descubre en todo el espectro social del país"." (el nacional)
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Etiquetas: Camino a Miraflores, Reflexión sobre Venezuela
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