Una felicitación literaria: Álvaro Pombo gana Premio Planeta de Novela
"El escritor español Álvaro Pombo, que ganó el Premio Planeta con su obra La fortuna de Matilda Turpin, asegura que no teme la reacción de la crítica, pues considera que ha escrito su "mejor novela hasta ahora".
En una entrevista concedida a la agencia EFE tras recibir el galardón mejor dotado económicamente de las letras hispanas, el autor explicó que la crítica es "habitualmente benévola" con sus obras.
Añadió que en la novela premiada se reúnen dos de las características de sus anteriores obras al definirla como "claustrofóbica y detallista con primeros planos".
Pombo explicó que surge de un mundo en el que ha trabajado muchas veces, "un mundo de relaciones interpersonales muy cerradas y, en esta ocasión, parte de la idea del conflicto de pareja".
La novela narra la historia de una pareja que se conoce en la universidad, "una historia muy común" y su trayectoria "con todo lujo de detalles".
Las relaciones que mantienen los protagonistas dan pie también para analizar el "conflicto entre parejas".
El autor de El metro de platino iridiado comentó que todos esos conflictos de pareja están en su cabeza: "Todos los escritores partimos de experiencias y sobre eso aplicamos operaciones hermenéuticas. Si hiciéramos una biografía de Shakespeare, descubriríamos una vida muy monótona y cuatro cosas de las que sale todo, porque escribir, narrar, es desplegar".
"El amor es la base", explicó el autor, porque hay "una relación amorosa que se quiebra con la muerte de Matilda, lo que conlleva un proceso de duelo, de rememoración purgativa, que convive con un gran rencor".
La novela de Pombo, que combina varias voces narrativas, incluye "un componente de fantasmas fuerte, pero no fantasmas que vienen de otro mundo, sino las diferentes estructuras irreales que funcionan en nosotros a la vez", especificó el autor, que ya usó ese recurso en su anterior obra El parecido.
Pombo prefiere que la historia de Matilda Turpin sea vista "más como una novela fantasmal que fantástica", sin que ello menoscabe la intención realista de su narrativa.
Como ha pasado en muchas de sus obras, La fortuna de Matilda Turpin es, a su juicio, "una novela muy santanderina, desde su ubicación geográfica en una casa del paisaje de los acantilados, cerca de la ficticia Lobreña", un topónimo de clara resonancia cántabra, región del norte español.
El verde de Cantabria contrasta con otro de los ambientes recurrentes de su narrativa, "el paisaje mesetario de Castilla", que conoció a los quince años en la casa de sus padres y que define como de una "belleza extraordinaria".
Si tuviera que escoger una moraleja para su novela, Pombo se decantaría por "la acción nos hace libres, en contraste con lo que tradicionalmente se afirmaba de que lo bueno era la vida contemplativa, pasiva".
Como en anteriores ocasiones, con la concesión del Premio Planeta a un autor ajeno a ese grupo editorial la polémica resurge, aunque Pombo quiera evitar cualquier fricción con su editor de siempre, Jorge Herralde. "He publicado durante veintitrés años en Anagrama, editorial que tiene todos mis libros y no se puede hablar de traición ni de cuernos", sino que ganar el Planeta le ha "divertido hacerlo" y además le viene "bien por el dinero".
El autor de Contra natura trabaja ya en la que será su próxima novela, de la que no puede "avanzar nada porque es muy santanderina", aunque al final se le escapa que será algo parecido a lo que hizo Thomas Mann en Los Buddenbrook, pero trasladado a su Santander natal." (el nacional)
En una entrevista concedida a la agencia EFE tras recibir el galardón mejor dotado económicamente de las letras hispanas, el autor explicó que la crítica es "habitualmente benévola" con sus obras.
Añadió que en la novela premiada se reúnen dos de las características de sus anteriores obras al definirla como "claustrofóbica y detallista con primeros planos".
Pombo explicó que surge de un mundo en el que ha trabajado muchas veces, "un mundo de relaciones interpersonales muy cerradas y, en esta ocasión, parte de la idea del conflicto de pareja".
La novela narra la historia de una pareja que se conoce en la universidad, "una historia muy común" y su trayectoria "con todo lujo de detalles".
Las relaciones que mantienen los protagonistas dan pie también para analizar el "conflicto entre parejas".
El autor de El metro de platino iridiado comentó que todos esos conflictos de pareja están en su cabeza: "Todos los escritores partimos de experiencias y sobre eso aplicamos operaciones hermenéuticas. Si hiciéramos una biografía de Shakespeare, descubriríamos una vida muy monótona y cuatro cosas de las que sale todo, porque escribir, narrar, es desplegar".
"El amor es la base", explicó el autor, porque hay "una relación amorosa que se quiebra con la muerte de Matilda, lo que conlleva un proceso de duelo, de rememoración purgativa, que convive con un gran rencor".
La novela de Pombo, que combina varias voces narrativas, incluye "un componente de fantasmas fuerte, pero no fantasmas que vienen de otro mundo, sino las diferentes estructuras irreales que funcionan en nosotros a la vez", especificó el autor, que ya usó ese recurso en su anterior obra El parecido.
Pombo prefiere que la historia de Matilda Turpin sea vista "más como una novela fantasmal que fantástica", sin que ello menoscabe la intención realista de su narrativa.
Como ha pasado en muchas de sus obras, La fortuna de Matilda Turpin es, a su juicio, "una novela muy santanderina, desde su ubicación geográfica en una casa del paisaje de los acantilados, cerca de la ficticia Lobreña", un topónimo de clara resonancia cántabra, región del norte español.
El verde de Cantabria contrasta con otro de los ambientes recurrentes de su narrativa, "el paisaje mesetario de Castilla", que conoció a los quince años en la casa de sus padres y que define como de una "belleza extraordinaria".
Si tuviera que escoger una moraleja para su novela, Pombo se decantaría por "la acción nos hace libres, en contraste con lo que tradicionalmente se afirmaba de que lo bueno era la vida contemplativa, pasiva".
Como en anteriores ocasiones, con la concesión del Premio Planeta a un autor ajeno a ese grupo editorial la polémica resurge, aunque Pombo quiera evitar cualquier fricción con su editor de siempre, Jorge Herralde. "He publicado durante veintitrés años en Anagrama, editorial que tiene todos mis libros y no se puede hablar de traición ni de cuernos", sino que ganar el Planeta le ha "divertido hacerlo" y además le viene "bien por el dinero".
El autor de Contra natura trabaja ya en la que será su próxima novela, de la que no puede "avanzar nada porque es muy santanderina", aunque al final se le escapa que será algo parecido a lo que hizo Thomas Mann en Los Buddenbrook, pero trasladado a su Santander natal." (el nacional)
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