jueves, agosto 03, 2006

Un toque de humor para los días inciertos de La Habana: chistes sobre Fidel citados por Jon Lee Anderson

"Hubo un tiempo en el que los chistes sobre la supuesta inmortalidad de Fidel Castro constituían un canon en La Habana. En uno, le regalaban una tortuga, pero él la rechazaba cuando se enteraba de que podía vivir más de 100 años. "Eso es lo malo de los animales", decía Castro. "Uno les toma cariño, y luego se mueren". Ahora, casi todos los chistes se basan en la situación contraria. Por ejemplo: Castro se ha muerto y su cuerpo está en exposición. Los visitantes hacen cola para presentarle sus respetos. Encabeza la fila Felipe Pérez Roque, el ministro cubano de Exteriores, de 41 años, al que suelen llamar Felipito (también le llaman "talibán", a sus espaldas). Pérez Roque se detiene ante el ataúd de Castro e inclina la cabeza, mientras Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional cubana, aguarda su turno. Pasan los minutos; Alarcón se impacienta, da un toque en el hombro a Pérez Roque y murmura: "Felipito, ¿a qué esperas? Está muerto, lo sabes, ¿no?" Pérez Roque responde, también en un susurro: "Yo sé que está muerto; sólo que todavía no sé cómo voy a decírselo a él".

Tomado del reportaje "La última batalla de Castro" publicado por el diario El país.