Un fingimiento: presidente Daniel Ortega despachará desde un centro de convenciones
He allí el problema con los comunistas. Viven en un mundo de ilsuiones, fantasmas y mentiras, el cual, como satíricamente se hace en la película Goodbye, Lenin, puede ser reconstruido con pequeños artificios.
¿Será que Ortega va a pasar el hambre que pueden pasar los pobres de Nicaragua? ¿Será que va a renunciar a todas las prebendas de su cargo?
Difícilmente. Si tiene un amiguito en Venezuela que llegó tmabién con la austeridad y ahora no se pone trajes que bajen de un par de miles de dólares, relojes de lujo y los viajes todos en un avión supermoderno y hecho a la medida. (excepto cuando para mentir y engañar desempolva un escarabajo y va a votar)
Ya se reconfirmará en Nicaragua que Ortega, como todos los comunistas, quieren que todos sean iguales pero el común de la gente más igual entre ellos que los líderes con sus ostentosas costumbre.
¡Salud, pues, por los discípulos de Marx!
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