Una ejecución: Saddam Hussein es ahorcado
Me despierta mi madre y me dice "fox news pasó las imágenes casi morbosamente". Tenían razones para hacerlo cuando prácticamente quedaron solos en la cobertura de apoyo a la guerra de Iraq, cuando son el último reducto del radicalismo bélico republicano en los medios de comunicación.
Fue el final también de un juicio asimétrico. Y no porque hubiese abusos del sistema lega iraquí sino porque mientras a Hussein se le leían cargos y acusaciones, él insistía en llamarse presidente de Irak, llamar a la rebelión y, en el más patético de los casos, en pedir que la pena de muerte se llevara a cabo por fusilamiento, en respeto de su grado militar.
Con en el cuerpo guindando, comienza la prueba del tiempo para el mito.
¿Habría gente moderada para apoyar a las nuevas autoridades iraquíes por temos a un improbable regreso del dictador? ¿Habría ex-partidarios que apostaban todo -bombas y municiones incluidas- a retomar sus posiciones de poder? ¿O simplemente ya la figura de Hussein era decorativa?
Se abre el compás de espera.
Etiquetas: Crimen y castigo, El globo de colores, El nuevo terrorismo, Pensamiento y reflexión
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