Una ruptura en el monopolio: Chávez se ve obligado a compartir liderazgo en sectores populares
"Ayer a las 8:00 am se establecieron las reglas de juego. Los líderes de los dos grupos adversarios definieron las condiciones mínimas para desarrollar la jornada de campaña, separados sólo por el asfalto de la calle Bolívar del sector La Tablita, en el corazón de Catia.
Carmen García, dirigente chavista y promotora del Consejo Comunal de la urbanización Simón Bolívar, hizo sus exigencias: "No queremos que traigan gente de otros sectores en camionetas, para que alteren la paz de por acá. Mientras seamos vecinos, todo está bien. No vamos a tirarles tomates, ni nada de eso. Nosotros estamos haciendo nuestro trabajo con amor y en democracia".
William Benítez, coordinador de los voluntarios de Manuel Rosales en Catia, también estableció sus términos: "Ellos de su lado, sin dañar nuestra propa ganda, porque nosotros no nos metemos con sus afiches. Que nos dejen tranquilos repartir volantes y no nos saboteen la campaña electoral para que no tengamos problemas. Porque estamos dispuestos a defender nuestro espacio".
Después del estrechón de manos, la resistencia fue disipándose. Al principio, los dos grupos se mantuvieron distantes, gritando consignas y sin dar muestras de tregua. Pero después del mediodía se diluyeron las fronteras imaginarias, ambos grupos invadieron la calle y los afiches rojos y azules se confundieron sobre el asfalto. Los más desconfiados tenían temor de posar ante la cámara; pero la mayoría se atrevió a romper las reglas de la polarización y compartieron el mismo espacio para repartir volantes y calcomanías.
"Los que estamos acá somos todos vecinos, nos conocemos desde hace años ¿Por qué nos vamos a pelear por esto?", aseguró María Zayago, encargada de repartir unos papelitos que invitaban a votar por Chávez con la tarjeta del PCV.
"Después de la campaña nos tomamos unos traguitos ¿eh? No se les olvide", gritó Carmen Victoria Brito, quien lucía orgullosa una franela azul con el rostro de Rosales en la espalda.
Los opositores cumplieron su cometido: además de repartir papeles, inscribieron varias decenas de voluntarios que serán entrenados para convertirse en testigos de mesa. "Necesitamos unas 9.000 personas en Caracas y ya tenemos unas 6.500. Esperamos cubrir la meta antes del próximo sábado, cuando nuestro candidato visite de nuevo la capital", señaló José Gregorio García, secretario general del partido Democracia Renovadora y coordinador del voluntariado opositor en el municipio Libertador.
Los oficialistas también quedaron satisfechos: con la jornada de ayer arrancó la "fase callejera" de la campaña del chavismo en Catia. "Participan vecinos que no habíamos visto. La gente se incorpora, la campaña se calienta y nos mantendremos en la calle hasta diciembre, promoviendo el liderazgo del Presidente", señaló García." (el nacional)
Carmen García, dirigente chavista y promotora del Consejo Comunal de la urbanización Simón Bolívar, hizo sus exigencias: "No queremos que traigan gente de otros sectores en camionetas, para que alteren la paz de por acá. Mientras seamos vecinos, todo está bien. No vamos a tirarles tomates, ni nada de eso. Nosotros estamos haciendo nuestro trabajo con amor y en democracia".
William Benítez, coordinador de los voluntarios de Manuel Rosales en Catia, también estableció sus términos: "Ellos de su lado, sin dañar nuestra propa ganda, porque nosotros no nos metemos con sus afiches. Que nos dejen tranquilos repartir volantes y no nos saboteen la campaña electoral para que no tengamos problemas. Porque estamos dispuestos a defender nuestro espacio".
Después del estrechón de manos, la resistencia fue disipándose. Al principio, los dos grupos se mantuvieron distantes, gritando consignas y sin dar muestras de tregua. Pero después del mediodía se diluyeron las fronteras imaginarias, ambos grupos invadieron la calle y los afiches rojos y azules se confundieron sobre el asfalto. Los más desconfiados tenían temor de posar ante la cámara; pero la mayoría se atrevió a romper las reglas de la polarización y compartieron el mismo espacio para repartir volantes y calcomanías.
"Los que estamos acá somos todos vecinos, nos conocemos desde hace años ¿Por qué nos vamos a pelear por esto?", aseguró María Zayago, encargada de repartir unos papelitos que invitaban a votar por Chávez con la tarjeta del PCV.
"Después de la campaña nos tomamos unos traguitos ¿eh? No se les olvide", gritó Carmen Victoria Brito, quien lucía orgullosa una franela azul con el rostro de Rosales en la espalda.
Los opositores cumplieron su cometido: además de repartir papeles, inscribieron varias decenas de voluntarios que serán entrenados para convertirse en testigos de mesa. "Necesitamos unas 9.000 personas en Caracas y ya tenemos unas 6.500. Esperamos cubrir la meta antes del próximo sábado, cuando nuestro candidato visite de nuevo la capital", señaló José Gregorio García, secretario general del partido Democracia Renovadora y coordinador del voluntariado opositor en el municipio Libertador.
Los oficialistas también quedaron satisfechos: con la jornada de ayer arrancó la "fase callejera" de la campaña del chavismo en Catia. "Participan vecinos que no habíamos visto. La gente se incorpora, la campaña se calienta y nos mantendremos en la calle hasta diciembre, promoviendo el liderazgo del Presidente", señaló García." (el nacional)
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