viernes, septiembre 08, 2006

Un comentario de Argelia Ríos sobre el panorama electoral venezolano

""Probar" con un nuevo líder ya no es una posibilidad negada a rajatabla. Quienes tienen poco que perder _lo poco que Chávez les ha dado_ comienzan a aceptar "que no estaría mal un cambio": un castigo aleccionador, cuya expresión podría ser, bien la indiferencia materializada en abstención de la clientela, o bien un decidido salto de ésta hacia el territorio de lo novedoso... El hecho de que el Presidente ya ni siquiera considere a la pobreza una condición deplorable del ser humano (porque lo malo es ser rico, y estrenar en Navidad, y aspirar a una mejoría de las condiciones de vida), es una sentencia tatuada en el inconsciente de esos humildes que observan con curiosidad al otro rostro.

Ciertamente, no hay decisión todavía, pero sí un merodeo por la alternativa. Como dice Oscar Schemel, de la empresa Hinterlaces, la gente ya reconoce que el Presidente, siendo un "hombre bueno", resulta "inconveniente" para los intereses de Venezuela: porque no ha sabido armar un equipo competente (ni siquiera en este año electoral, lo que es revelador de su desinterés y de su incapacidad para hacerlo); porque no escucha al pueblo y ha involucrado a Venezuela en una maquinación externa que desvía, hacia otras naciones, recursos que necesitan los pobres para alcanzar una expectativa digna de vida.

En definitiva, los papeles se han invertido. Ahora es Chávez quien tiene problemas para reconectarse con el sector popular. Ahora es él quien presenta un discurso errático y repetitivo. Ahora es él el que sufre la división de su alianza y la amenaza de que muchos de sus aliados _ante el decisivo debate ideológico y el "para siempre"_ le jueguen "la cachúa" para debilitarlo... Chávez sabe que vienen tiempos de traiciones y reacomodos, tanto en el mundo social, civil, como en el militar... El dinero no le bastará."

(el universal)