Un embarque clásico: la película Bolívar, The liberator
No sólo Hugo Chávez y sus revolucionarios han tratado de lucrarse leoninamente del legado de Simón Bolivar, ícono máximo de la venezolanidad...
Hace más de diez años el señor Edgar Meinhardt, venezolano, y Michael J. Cooper, inglés, comenzaron un camino que los llevaría a ilusionar a algunos incautos y entusiastas bolivarianos, a defraudar a unos cuantos inversionistas y, en definitiva, a dejarlos a todos con los crespos hechos...
Fue cuando propusieron una supuesta película llamada Bolivar, The Liberator, aunque, revisando en la web, alguna vez también pretendió llamarse, simple y metafísicamente, The vision (parece un título cercano a personajes de la revolución como el general Baduel)
Como todo lo relacionado con Bolívar, comenzó un fervor extendido en Venezuela. Gilberto Correa anunciaba la venta de acciones de la película en su programa Flash. La gente compró y luego nadie respondió.
La revista producto comentaba que:
"El círculo de prensa de Proyecto Bolívar, formado por periodistas de la fuente de espectáculos, podrá acceder a las figuras de reparto y a los sets de filmación para narrar el progreso del proyecto."
Una superproducción digna del Padre de la Patria.
Al principio las postergaciones eran justificadas. Bolívar sería encarnado por Johnny Depp, Andy García o Antonio Banderas. Estarían también Salma Hayek y el egipcio Omar Shariff. Reunir un elenco así, si uno no es Steven Soderbergh y no está filmando Ocean's 100th, es complicado. Dirigiría Alan Bridges o Francis Ford Coppola.
Luego el cuento se hizo más enredado cuando propusieron hacer primero una miniserie para televisión para terminar de completar los fondos para la producción.
En enero del 2000, la revista producto se hizo eco del escepticismo incipiente:
"Un rumor cibernético circula entre los cibernautas venezolanos: Bolivar the Liberator jamás se filmará, y los responsables por su financiamiento y filmación, Edgard Meinhardt-Iturbe y Manuel Meinhardt-Lares, son acusados de estafar a los accionistas que han invertido en la película a través de su compañía PBL.
Según los denunciantes, la posibilidad de que estrellas de la talla de Andy García, Omar Shariff y Leonardo Di Caprio protagonicen la obra, que la Orquesta Sinfónica de Londres sea patrocinante, que PBL aún mantenga buenas relaciones con el guionista británico Michael J. Cooper (¡el guión sí existe!), y mil maravillas más, no son sino pura fantasía."
Meinhardt se defendía en un reportaje de el nacional del 27 de octubre de 2002, comentando que la venta de acciones y los retrasos se debían a que “en Hollywood, money talks (el dinero habla). Resultaba imprescindible recolectar el dinero para controlar la producción. Porque cualquier estudio puede interesarse en desarrollar esta historia, pero con el capital por delante, podíamos controlar la producción para que no saliera un Rambo”. Karenina Velandia, quien firma el texto, apunta con sorna una rasgo que se acumula a las irregularidades: Edgard Meinhardt nunca ha trabajado en la industria cinematográfica.
Después Michael Cooper, el guionista, dio una rueda de prensa en Caracas, acusando a Meinhardt de estafador y descorazonando a los inversionistas que aparecieron a la reunión para tratar de recuperar su dinero.
La realidad es que recientemente -31 de enero de 2007- la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, ha declarado inadmisible un amparo introducido por la productora para evitar la ejecución de una hipoteca por parte del Banco Industrial.
Y no ni película, ni miniserie, ni García, Banderas o Depp y, según internet movie database The liberator es simplemente un cortometraje inglés de 12 minutos de duración y Bolivar sólo apareció en aquela magnífica farsa colombiana Bolívar, soy yo...
¿Por qué será Venezuela siempre vulnerable a la aparición de este tipo de megaembarques?
A ver si desarrollamos anticuerpos...
Etiquetas: Crimen y castigo, Curiosidades, En este país, Esto es Latinoamérica, Reflexión sobre Venezuela
<< Home