martes, enero 16, 2007

Un reto: a petición del amigo "José, de España" una lista de 10 virtudes del presidente Chávez


Diez virtudes del presidente Chávez (una visión personal):

1)El presidente Chávez sabe mentir: a veces lo hace con una tranquilidad que asombra, a veces parece caer en la mitomanía, pero la realidad es que en la política esto termina por ser una virtud y el presidente Chávez la maneja de manera magistral, seguramente apenas igualado por Alan García en nuestra región

2)El presidente Chávez sabe actuar: que no es lo mismo que mentir y en esto también se parece al nuevo presidente peruano. El presidente Chávez sabe matizar su personalidad de guapetón de barrio dependiendo de su auditorio y puede llegar incluso al melodrama de padre preocupado cuando así lo requiere, es un histrión.

3)El presidente Chávez tiene cierto gusto para vestirse: desde su campaña en el '98 cuando llegó en brazos de Scutaro y Clement hasta sus suntuosos gustos actuales, de trajes de Milán o París, el presidente Chávez está muy lejos de suéter tejido de Evo Morales o las guayaberas anacrónicas de Daniel Ortega.

4)El presidente Chávez sabe amenazar: sabe cómo hacerlo y, sobre todo, cuándo hacerlo. Se dice que en Europa, durante la época de la peste, más gente mató el miedo -que provocaba estampidas sangrientas de personas huyendo al menor grito de contagio- que la propia peste. Así trabaja el presidente Chávez. Anuncia cosas atroces y, cúmplalas o no, disfruta con la desbandada que crea y potencia el efecto de sus anuncios.

5)El presidente Chávez sabe "correr la arruga": siempre termina "limpio de polvo y paja", nunca es responsable directo de los errores de su gestión, siempre hay un mal funcionario, un viceministro negligente o un ministro deshonesto, pero nunca ninguna acusación llega al Olimpo personal del presidente.

6)El presidente Chávez es un gran orador: puede que los discursos sean innecesariamente largos o que su contenido no nos guste, pero en una buena jornada, el presidente puede decirle a su auditorio que tome veneno en masa y lo hará. Con giros venezolanistas, desfachatez, inflexiones de la voz, interludios musicales, insultos, agradecimientos, declaraciones de guerra, confesiones de amor y otras herramientas, Hugo Chávez puede llevar al amor, frenesí o locura a sus seguidores con sus palabras.

7)El presidente Chávez sabe ser camaleónico: hoy es católico, mañana protestante, pasado santero; hoy es maxista-leninista, mañana lee la doctrina social de la iglesia, pasado dice que nietzsche es el norte de su brújula; y nada de esto parece llamar la atención de quienes viven a la caza de inconsistencias. Y, lo mejor de todo, como sabe mentir y sabe actuar, las metamorfosis son más orgánicas, más directas.

8)El presidente Chávez sabe lo que quiere: quiere quedarse en el poder todo el tiempo que pueda y no se detiene en formas ni el qué dirán. No le importa a quién tenga que vender el alma, tiene una sed de poder inextinguible y eso lo impulsa momento a momento. A diferencia de sus opositores, para él el poder es un trofeo excluyente.

9)El presidente Chávez ha demostrado adaptabilidad: gobernó con buena parte del congreso en oposición hasta que embaucó a sus opositores en unas elecciones donde logró un nuevo equilibrio, gobernó con la gerencia de PDVSA en contra hasta que logró deshacerse de ellos, gobernó con militares abiertamente opuestos a él en cargos clave y los descubrió, los persiguió y los encarceló, tal vez ése sea el mayor peligro del presidente Chávez, aunque no parezca en las formas, sin duda aprende de sus errores y es implacable en su propósito de enmendarlos

10)El presidente Chávez es astuto: sinceramente no lo consideramos inteligente pero, por otra parte, la mera inteligencia puede que incluso sea un estorbo en el mundo político latinoamericano. Hugo Chávez es como el buscapleitos del barrio que no necesariamente pelea sino que opone entre sí a sus contricantes para que se debiliten entre ellos, sabe sacar partido de situaciones -como cuando le aplaudió al viaducto que se caía-, como buen alumno de Fidel Castro le encanta un crucifijo como prueba irrefutable de que no es comunista, hace un conjunto de promesas de campaña y después dice que la gente votó por ciertas cosas que él meditó a posteriori. Incluso su sonrisa bribona, la que le brota naturalmente cuando abraza a un presidente extranjero o lo reciben suntuosamente en algún lugar lejano, es evidencia de esto.

Esperamos haber complacido al amigo José...

¡Salud por la madre patria!

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