Un plan saboteado: la postergación del Partido Hegemónico Comunista de Venezuela
Por cuestiones de estilo -nominar es también cuestión de método- tuvo que cambiar a Partido Socialista Único de Venezuela ya que el Partido Comunista de Venezuela (P.C.V.) es una organización histórica cuyo nombre debieron respetar, hegemónico suena mal ante la comunidad internacional y socialismo suena a Francia, suena a Europa, tiene caché, y así se puede engañar a unos cuantos...
Luego repensaron lo de "único" porque se dieron cuenta de la contundente semejanza con hegemónico y decidieron dejarlo en "unido", como la cancioncita de la lucha contra el cáncer, en la "unidos la lucha es de todos/unidos con optimismo y amor" (no para qué lo comentamos acá, capaz expropian la canción)
La cosa es que la gente del M.V.R., como borreguitos fueron y se disvolvieron. ¿Qué más iban a hacer? Militares conspiradores, ex-adecos y copeyanos, muchos de ellos que han llenado sus bolsillos con centrales azucareros y demás, Chávez los tiene en la palma de la mano y aprieta de vez en cuando por placer sádico. (Por cierto, hablamos de los dirigentes, no de los militantes que tiene una inmensa mayoría de gente de buena fe que está siendo engañada por estos histriones)
Daba risa ver a William Lara decir que él humildemente, si en el nuevo partido en lugar de formar parte de la plana mayor lo mandan a cumplir actividades en un pueblito en Mérida o Falcón él iría. Es que la pregunta sería: ¿de no haberse posicionado en los testículos de Chávez para la jalada comunicacional, no estaría en esos mismos pueblitos?
La cuestión es que, mientras el M.V.R. respondió como se esperaba, Podemos, P.P.T. y el P.C.V. dijeron no, por ahora. Se han acostumbrado a vivir bien. Saben que partidos aparte son igual a clientelismo aparte, cargos para militantes aparte, gobernaciones aparte, en resumen, poder aparte.
Y en esto sí estamos claros y nos deslindamos de organizaciones -sobre todo de oposición- que parecen más bien juntas de condominio: el fin último de un partido político es la obtención del poder. Puede moverlo el bien común o, como al presidente Chávez, la obsesión por el poder en sí mismo. Pero es indispensable esa claridad.
Podemos, P.P.T. y el P.C.V. se han graduado de partidos políticos. Se les podría chantajear con perder el apoyo presidencial, pero ¿y si Ismael García nos echa los cuentos de la realidad del Comando Ayacucho? ¿Si se destapan más ollas de corrupción?
Ahora el presidente abre un compás de espera. Lo que era orden de cumplimiento inmediato se convirtió en parto natural (según él, hay que esperar nueve meses). Curioso que una de las personas que forman la comisión para tratar de concretar la integración es Lina Ron. Con diplomáticos así...
La gran moraleja es la siguiente: si bien Venezuela no ha tenido la fortaleza institucional necesaria, sistemática para detener y acabar de raiz el sueño de Chávez de gobernarnos por siempre, ha habido pequeños conatos que lo han detenido. Primero fue el paro del 10 de diciembre de 2001, luego abril de 2002, luego el paro petrolero.
También el referendo revocatorio que tuvo que postergar y lo obligó a buscar las maquinitas mágicas de Smartmatic, las elecciones del 4D de 2005 donde fue a votar sólo él con su gente y apenas participó un 15% de la población electoral. Incluso las elecciones del 3D.
Ahora, que parecía listo para entregarse al amor con su adorado y académico Fidel y a sacar la chequera para complacer al bueno de Néstor Kirchner, tiene un nuevo frenazo...
De tanto pensar en el excremento y de tanto presumir que sabe historia, el presidente no recuerda aquellas palabras de Guzmán Blanco que rezaban que venezuela es como un cuero seco, si se controla por un lado se levanta por el otro...
Etiquetas: El socialismo del siglo XXI 1/2, Hacie el quiebre comunista, Hipocresía revolucionaria, Hugo Chávez superstar, La revolución a paso de vencedores, Reflexión sobre Venezuela
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