viernes, septiembre 01, 2006

Una contundente crítica de Maripili Hernández a la actuación de Juan Barreto con su decreto de expropiación de los campos de golf de Caracas

"Los radicalismos no son otra cosa que fascismo del más puro. Las actitudes radicales no favorecen los procesos de cambio y menos aquellos que pretenden ser de carácter colectivista, puesto que el radical es aquel que no acepta, que es intolerante y que excluye a aquellos que piensan o se comportan diferente.

Los radicales también tienen el problema de suponer que ellos siempre tienen la razón, por encima de lo que piensen los demás. Cuando alguien los llama a la reflexión, en la mayoría de los casos utilizan la descalificación personal, en lugar del debate con base en argumentos. Quienes no coinciden con sus planteamientos son acusados de cobardes y temerosos, de salvaguardar los intereses de los sectores privilegiados y de trabajar para el enemigo. Este tipo de afirmaciones suprime la discusión racional y si no hay discusión, lo que se impone es la fuerza.

Esta decisión [expropiación de los campos de golf de Caracas] ha sido duramente criticada por los sectores opositores del Gobierno, pero también por una buena parte de los que apoyan el proceso revolucionario, al punto de que, la publicación de dichos decretos en la Gaceta Metropolita na, y el escándalo que se ha generado luego, llevó al vicepresidente de la República, por instrucciones del propio Presidente, a emitir un comunicado en el cual el Ejecutivo nacional se deslindaba de estas acciones y manifestaba su posición de no avalar dichas decisiones.

Por ello, uno se pregunta: ¿era necesario llegar hasta aquí?, ¿nadie había hablado con el alcalde metropolitano anteriormente, en función de aclarar cuáles son las posiciones que el Ejecutivo nacional tiene en materia de propiedad privada, expropiaciones y planificación urbanística?, ¿al alcalde nunca se le ocurrió preguntar la opinión a otros actores del Gobierno en función de concertar posiciones?"

(el nacional)