viernes, julio 07, 2006

Un pronóstico personal: el partido que nadie quería jugar, 3er puesto de Alemania 2006: Alemania-Portugal

Hay muchas maneras de verlo.

Ser 3ero o 4to entre 32 selecciones, las cuales, a su vez, se habían clasificado por encima de otro ciento es meritorio. Pero cuando se estuvo a 90, 120, o en el caso de Alemania, a 2 minutos de clasificar a la final, se convierte en un dolor, en un reproche de lo que pudo haber sido y no fue, valga el bolerismo.

Sin embargo, el partido hay que jugarlo y hay que hacerlo con responsabilidad, respetando la camiseta y con hambre de conseguir algo. De hecho, tomando en cuenta que ambas selecciones son europeas y en septiembre de este mismo año comienza la eliminatoria para la Euro 2008, este partido podría marcar el tono con el cual enfrente dicho torneo.

De cualquier manera, Portugal y Alemania no tienen nada de qué arrepentirse. Literalmente lo dejaron todo en la cancha. No se llevan ni de cerca ese regusto de los brasileños, de haber sido negligentes, de haberse confiado.

Al parecer Oliver Kahn podrá volver a la portería alemana. Y, si la salud se lo permite, Klose podría aumentar su cuenta goleadora. Podremos ver los piques de Cristiano Ronaldo. Tal vez el último partido de Luis Figo como internacional. La consolidación de Lucas Podolski.

El gran juego que todavía nos debe Michael Ballack. Los remates de media y larga distancia de Maniche. Algún pase entre líneas de Deco o un cabezazo preciso de Pauleta. Una subida de Lahm.

Será un partido para ver, para disfrutar, donde los dos equipos deben salir a jugar abiertamente y a hacer su fútbol el cual, por cierto, es bastante diferente. Alemania con su fuerza y su persistencia de "rodillo" como diría Juan Pablo Varsky. Portugal con su toque exquisito, de un lado a otro, ensanchando la cancha, buscando desbordar por las puntas. En fin, un partido que todos deberíamos querer ver.

Pienso en él y sólo una duda aparece: espero que no se repita una situación vergonzosa como la actitud del club argentino Boca Jrs. en la final de la Copa Libertadores del año 2004 cuando, derrotados por el Once Caldas colombiano, al momento de la premiación por el subcampeonato decidieron no salir.

Ése es el espíritu del niño mal perdedor del barrio, del niño con quien nadie quiere jugar. Los campeones juegan para ganar pero encontrando en la entrega y en su desempeño su propia recompensa.

¡Salud Alemania, salud Portugal!