Un comentario a un artículo vergonzoso de Clodovaldo Hernández
En el universal, desgraciadamente, leemos:
"Si usted es encuestólogo y antichavista a la vez, sería prudente que se tomara una buena cura de medios para ahorrarse el amargo trago de escuchar las barbaridades que sus congéneres políticos van a proferir en su contra.
Hágale caso a mi amigo psicólogo, mire que aparte del intenso estrés, esta enfermedad profesional tiene secuelas muy raras entre las cuales la literatura especializada registra daños irreversibles en el cutis y hasta embarazosos casos de aflautamiento de la voz. ¿No es así, Luis Vicente?"
A esta supuesta enfermedad, el limitado articulista le llama "El mal de Luis Vicente", refiriéndose, evidentemente, al hombre de Datanálisis.
Ahora, nosotros comentamos: ¿será que existe una enfermedad que comparte los síntomas, tal vez el Mal de Jesse?
Sí, que se produzca por ser permisivo con la delicuencia e ineficiente en todo lo que se emprende.
Es que acabo de ver a nuestro ministro de Interior y Justicia por televisión y, sobre todo, de escucharlo: ¿no necesita bacheado ese rostro? ¿no estoy escuchando excusas aflautadas?
No sé.
Tal vez sea un invento mediático.
"Si usted es encuestólogo y antichavista a la vez, sería prudente que se tomara una buena cura de medios para ahorrarse el amargo trago de escuchar las barbaridades que sus congéneres políticos van a proferir en su contra.
Hágale caso a mi amigo psicólogo, mire que aparte del intenso estrés, esta enfermedad profesional tiene secuelas muy raras entre las cuales la literatura especializada registra daños irreversibles en el cutis y hasta embarazosos casos de aflautamiento de la voz. ¿No es así, Luis Vicente?"
A esta supuesta enfermedad, el limitado articulista le llama "El mal de Luis Vicente", refiriéndose, evidentemente, al hombre de Datanálisis.
Ahora, nosotros comentamos: ¿será que existe una enfermedad que comparte los síntomas, tal vez el Mal de Jesse?
Sí, que se produzca por ser permisivo con la delicuencia e ineficiente en todo lo que se emprende.
Es que acabo de ver a nuestro ministro de Interior y Justicia por televisión y, sobre todo, de escucharlo: ¿no necesita bacheado ese rostro? ¿no estoy escuchando excusas aflautadas?
No sé.
Tal vez sea un invento mediático.
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