jueves, agosto 24, 2006

Un autor y su proceso creativo: Walter Riso y "Los límites del amor"

"¿Cómo llega a componer el "amor responsable" como la premisa de este trabajo?

­Soy especialista en bioética. Al escribir este trabajo comencé a cruzar los principios de la ética con el amor y, para mi sorpresa, me di cuenta de que la dimensión política del amor nos muestra que él no lo justifica todo. Amar el amor, por sobre todas las cosas, no debería permitir los excesos a los que estamos sometidos. Quizá la idea es irrespetarlo un poco, al amor hay que pellizcarle las nalgas, ponerle límites, ubicarlo en su sitio, desmitificarlo. Y entender que la voluntad es necesaria, hay que querer, querer.

­¿No resulta un poco individualista y posmoderna esa propuesta?

­Hablo de un individualismo responsable, donde se considere que el otro es un interlocutor válido como sujeto. La mayoría de las cosas de pareja se organizan sobre las bases de la razón, voluntad y reflexión. En mi estudio surgen ciertas categorías como el amor ético, digno, democrático, que están en un contexto posmoderno. Porque hay cosas de la posmodernidad que me gustan como la autonomía libertaria y lo desechable, el egoísmo saludable. Lo que propongo suele ser encasillado en esta tendencia porque tomo los valores tradicionales y los cambio por unos más acordes con nuestra realidad. Lo que nos puede salvar es una posición donde la autonomía pase a ser algo importante, un egoísmo sabio. El individualismo responsable es: yo me ocupo de ti, pero también de mí. Todos tenemos los mismos derechos, y el amor es algo que conlleva solidaridad.

­En este libro, separa el amor del enamoramiento, ¿podría explicarlo?

­Hay una confusión histórica que viene desde Platón. Se tiende a confundir el amor con el enamoramiento, etapa que suele durar sólo tres años. El amor es hacer el amor con la mejor amiga o el mejor amigo; el enamoramiento sólo es el deseo y solemos desear lo que no tenemos. No podemos convertir al amor en una carencia y terminar amando lo que no tenemos, porque cuando finalmente lo conseguimos, se produce el aburrimiento del que hablaba Schopenhauer. Claro, todo esto del sacrificio y el despecho se ha convertido en un valor que se aprecia en las canciones, los refranes y proverbios, que dicen que el amor escapa a cualquier tipo de raciocinio o a las leyes físicas incluso. Se habla del amor tridimensional, las almas gemelas, que el amor es el mismo y dura toda la eternidad. Dios es amor, amor es Dios, dejemos de joder con todo esto. Seamos serios: al amor hay que ponerlo en su sitio, sólo nos va a flechar si nos dejamos."

(Albinson Linares, el nacional)