Una retaliación: El gobierno nacional de Venezuela Vs. la Clínica El Ávila
En la página del canal de noticias Globovisión se lee:
"El Ministerio de Salud realizó este miércoles una inspección a la Clínica El Avila y cerró varios de sus departamentos alegando “incumplimiento de las normas sanitarias”. Máximo hasta el 15 de agosto permanecerán cerrados tres de los seis pabellones, la unidad de anatomía patológica y la farmacia.
Marío García, director de la clínica, informó que acudirá ante la fiscalía para exponer el caso. Señaló que hay una larga lista de intervenciones para este jueves, pacientes con cáncer e incluso una operación de corazón abierto. “Sus problemas son primordiales y cómo decirle que no se les puede dar asistencia por un problema administrativo”, indicó."
Se trata de un capítulo más en esta vendetta bolivariana.
La historia va así: el expresidente del Consejo Nacional Electoral, Jorge Rodríguez, tuvo un accidente la semana pasada. Lo llevaron a la Clínica El Ávila y no se le pudo realizar una tomografía ya que el equipo de la clínica está averiado.
¿La versión de Rodríguez? Discriminación política.
¿El resultado? Inmediatamente una comisión del ente de recaudación fiscal venezolano, SENIAT, realizó una inspección y clausuró el área administrativa de la clínica por algunos días. Ahora es el Ministerio de Salud.
Es muy interesante para el ciudadano común observar este caso. Mientras cualquiera de nosotros, en caso de tener que usar un hospital público, podemos desangrarnos, infectarnos incluso morirnos por las precarias condiciones en que estos se encuentran, el mero hecho de no poder acceder a un servicio de apoyo diagnóstico, como lo es la tomografía, en el caso de un funcionario público, es un pecado capital.
Y mientras los funcionarios encargados de surtir los hospitales se la pasan sonriendo y en búsqueda de los 10 millones de votos sin que nadie los audite, los directivos de una clínica con un equipo desperfecto deben aguantar todo el peso de un gobierno arbitrario.
Por eso siempre se ha dicho, en estos socialismos, del XIX al XXI, que es un sistema en el cual todos somos iguales... sólo que algunos son más iguales que otros.
"El Ministerio de Salud realizó este miércoles una inspección a la Clínica El Avila y cerró varios de sus departamentos alegando “incumplimiento de las normas sanitarias”. Máximo hasta el 15 de agosto permanecerán cerrados tres de los seis pabellones, la unidad de anatomía patológica y la farmacia.
Marío García, director de la clínica, informó que acudirá ante la fiscalía para exponer el caso. Señaló que hay una larga lista de intervenciones para este jueves, pacientes con cáncer e incluso una operación de corazón abierto. “Sus problemas son primordiales y cómo decirle que no se les puede dar asistencia por un problema administrativo”, indicó."
Se trata de un capítulo más en esta vendetta bolivariana.
La historia va así: el expresidente del Consejo Nacional Electoral, Jorge Rodríguez, tuvo un accidente la semana pasada. Lo llevaron a la Clínica El Ávila y no se le pudo realizar una tomografía ya que el equipo de la clínica está averiado.
¿La versión de Rodríguez? Discriminación política.
¿El resultado? Inmediatamente una comisión del ente de recaudación fiscal venezolano, SENIAT, realizó una inspección y clausuró el área administrativa de la clínica por algunos días. Ahora es el Ministerio de Salud.
Es muy interesante para el ciudadano común observar este caso. Mientras cualquiera de nosotros, en caso de tener que usar un hospital público, podemos desangrarnos, infectarnos incluso morirnos por las precarias condiciones en que estos se encuentran, el mero hecho de no poder acceder a un servicio de apoyo diagnóstico, como lo es la tomografía, en el caso de un funcionario público, es un pecado capital.
Y mientras los funcionarios encargados de surtir los hospitales se la pasan sonriendo y en búsqueda de los 10 millones de votos sin que nadie los audite, los directivos de una clínica con un equipo desperfecto deben aguantar todo el peso de un gobierno arbitrario.
Por eso siempre se ha dicho, en estos socialismos, del XIX al XXI, que es un sistema en el cual todos somos iguales... sólo que algunos son más iguales que otros.
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