Una nota sobre ¿Quiénes escriben en Venezuela?, diccionario de escritores venezolanos
"En dos tomos de más de 400 páginas, con sobrias cubiertas ocre, se resume el trabajo desarrollado por Rafael Ángel Rivas y Gladys Riera durante los últimos años. Labor paciente, como si de laboriosas hormigas se tratare, es la que subyace tras Quiénes escriben en Venezuela, sendos volúmenes que reúnen más de 4.300 autores venezolanos.
Este singular proyecto biobibliográfico abarca temporalmente desde el siglo XVIII hasta el pasado año. Valiosa herramienta de consulta, la obra remite directamente a otros antecedentes notables como son los casos de Manuel Segundo Sánchez, Pedro Grases, Efraín Subero y Blas Bruni Celli, entre otros célebres investigadores.
Uno de los aspectos resaltantes es la distinción planteada desde el mismo título por los autores. Se trata de un diccionario dedicado, no sólo a la literatura venezolana, sino a la escritura venezolana, con lo que se amplía la compilación a límites vastos.
Los diversos actos del quehacer intelectual, que constantemente producen títulos, aparecen reseñados en este proyecto editorial. El prólogo, escrito por el investigador y lexicógrafo venezolano Francisco Javier Pérez, define el trabajo producido por la dupla RivasRiera como un acto infinito: "Me resulta cautivador que esta obra se imponga más que límites, horizontes; que más que delimitar, espacie el panorama gigante de nuestra literatura: un universo cargado de pluralidades disciplinarias, creativas, intelectuales y, en suma, escriturarias".
La paciencia metódica, desarrollada durante décadas de investigación, surca el rostro de Rafael Ángel Rivas. Autor de varios trabajos bibliográficos sobre figuras intelectuales como Rufino Blanco Bombona (1972), Simón Bolívar (1979), Mariano Picón Salas (1985) y Andrés Eloy Blanco (1997), confiesa que su afi ción por este tipo de investigaciones se produjo por la propia experiencia: "Cuando comencé a trabajar, me di cuenta de que carecíamos de esos materiales que son fundamentales para la investigación y no todo el mundo maneja. Sólo el que ha estudiado o investigado, y le ha tocado meterse en una biblioteca para buscar materiales, valora la importancia de los estudios bibliográficos".
La bibliografía como pasión
¿Cómo se origina este proyecto editorial?
Hace seis años el Conac me propuso que presentara un proyecto porque necesitaban material bibliográfico. Ellos requerían una guía sobre quiénes estaban escribiendo en el país. Como tenía en casa una inmensa cantidad de bases de datos sobre artes plásticas y escénicas, educación, filosofía, literatura, fuerza armada y la crítica, decidí dedicarme de lleno a esto.
¿Por qué un diccionario sobre los que escriben y no sobre la literatura venezolana?
Sobre nuestra literatura ya hay algunos diccionarios muy buenos. Por eso decidí ampliarlo a todo el ámbito de las ciencias sociales. La cosa avanzó rápido gracias a que tenía la información a la mano. Pienso que ahora con las computadoras todo se hace más rápido, pues antes todo era con fichas y a mano. Internet también ayuda muchísimo, allí dispones de catálogos de bibliotecas enteras que puedes consultar on line.
¿Cuánto le dedica diaria mente a estas investigaciones bibliográficas?
Le dedico diariamente unas 10 o 12 horas y con la ayuda de mi esposa todo fluye más rápido. Pero ésta es una tarea lenta, pues conseguir información biográfica sobre los autores siempre es algo arduo, sobre todo, si son escritores fallecidos o muy recientes. Si son del interior, donde se publica muchísimo, también cuesta." (el nacional)
Este singular proyecto biobibliográfico abarca temporalmente desde el siglo XVIII hasta el pasado año. Valiosa herramienta de consulta, la obra remite directamente a otros antecedentes notables como son los casos de Manuel Segundo Sánchez, Pedro Grases, Efraín Subero y Blas Bruni Celli, entre otros célebres investigadores.
Uno de los aspectos resaltantes es la distinción planteada desde el mismo título por los autores. Se trata de un diccionario dedicado, no sólo a la literatura venezolana, sino a la escritura venezolana, con lo que se amplía la compilación a límites vastos.
Los diversos actos del quehacer intelectual, que constantemente producen títulos, aparecen reseñados en este proyecto editorial. El prólogo, escrito por el investigador y lexicógrafo venezolano Francisco Javier Pérez, define el trabajo producido por la dupla RivasRiera como un acto infinito: "Me resulta cautivador que esta obra se imponga más que límites, horizontes; que más que delimitar, espacie el panorama gigante de nuestra literatura: un universo cargado de pluralidades disciplinarias, creativas, intelectuales y, en suma, escriturarias".
La paciencia metódica, desarrollada durante décadas de investigación, surca el rostro de Rafael Ángel Rivas. Autor de varios trabajos bibliográficos sobre figuras intelectuales como Rufino Blanco Bombona (1972), Simón Bolívar (1979), Mariano Picón Salas (1985) y Andrés Eloy Blanco (1997), confiesa que su afi ción por este tipo de investigaciones se produjo por la propia experiencia: "Cuando comencé a trabajar, me di cuenta de que carecíamos de esos materiales que son fundamentales para la investigación y no todo el mundo maneja. Sólo el que ha estudiado o investigado, y le ha tocado meterse en una biblioteca para buscar materiales, valora la importancia de los estudios bibliográficos".
La bibliografía como pasión
¿Cómo se origina este proyecto editorial?
Hace seis años el Conac me propuso que presentara un proyecto porque necesitaban material bibliográfico. Ellos requerían una guía sobre quiénes estaban escribiendo en el país. Como tenía en casa una inmensa cantidad de bases de datos sobre artes plásticas y escénicas, educación, filosofía, literatura, fuerza armada y la crítica, decidí dedicarme de lleno a esto.
¿Por qué un diccionario sobre los que escriben y no sobre la literatura venezolana?
Sobre nuestra literatura ya hay algunos diccionarios muy buenos. Por eso decidí ampliarlo a todo el ámbito de las ciencias sociales. La cosa avanzó rápido gracias a que tenía la información a la mano. Pienso que ahora con las computadoras todo se hace más rápido, pues antes todo era con fichas y a mano. Internet también ayuda muchísimo, allí dispones de catálogos de bibliotecas enteras que puedes consultar on line.
¿Cuánto le dedica diaria mente a estas investigaciones bibliográficas?
Le dedico diariamente unas 10 o 12 horas y con la ayuda de mi esposa todo fluye más rápido. Pero ésta es una tarea lenta, pues conseguir información biográfica sobre los autores siempre es algo arduo, sobre todo, si son escritores fallecidos o muy recientes. Si son del interior, donde se publica muchísimo, también cuesta." (el nacional)
<< Home