Un muffin de manzana
El espíritu de esta nota es retomar la idea gastronómica que, hasta ahora, no había aparecido en el blog.
En primer lugar me gustaría decir que, simplemente, soy un escritor que cocina: he tomado cierta afición por los panes rápidos, entre ellos los muffins (al estilo americano, como nuestros ponquecitos) y al menos una vez a la semana cocino para tener para las meriendas.
Comparo la cocina y la escritura a partir de aquella famosa frase de Poe: "el efecto lo es todo". En ambas artes uno puede conocer los sabores y efectos de los ingredientes (que podríamos llamar canela y metáfora, suspenso y nuez moscada, por ejemplo) de manera individual, pero siempre es un reto la combinación. En la imaginación surge un sabor específico, un sabor "meta" y uno selecciona los ingredientes, calcula sus medidas, comienza a mezclarlos y espera impaciente para saber el resultado.
Después de algunos minutos de horno uno puede dar un mordisco y decidir: tal vez quedó satisfecho, tal vez no tanto, pero, en el peor de los casos, casi siempre queda el deseo de volver a intentarlo hasta lograr el sabor buscado.
Primero que todo, acá tienen una imagen del muffin que resultará de esta receta (que, por cierto, es original y, para los escépticos: sí, funciona en casa):
Se necesitarán:
2 tazas de harina integral
2 cucharaditas de bicarbonato de sodio
1 cucharadita de canela en polvo
3/4 de taza de azúcar integral
1 cucharada de leche descremada en polvo
1 taza de agua
1 huevo
1 manzana grande rallada
1/2 taza de pasitas
Primero se calienta el horno a unos 375° F y se prepara un molde para muffins de 6 unidades grandes (1/2 taza. La idea es colocar simplemente algo de aceite pero sólo en el fondo del molde para que le muffin pueda crecer.
Luego se coloca en un recipiente el agua, se le añade el huevo ligeramente batido y se mezclan hasta homogeneizar. Se toma un colador y se comienzan a agregar los ingredientes secos, tamizándolos previamente: la harina, el bicarbonato, la canela, el azúcar y la leche descremada.
Se revuelve hasta que toda la mezcla esté humedecida: no importa si quedan algunos grumos, desaparecerán al momento de la cocción. Finalmente, se agregan a la mezcla las pasas y la manzana rallada, se revuelve sólo hasta que se incorporen.
Se comienza a distribuir la mezcla en cada una de las tazas del molde. Se lleva al horno durante media hora o hasta que al introducir un mondadientes (palillo) en el centro del muffin éste salga seco.
Al sacarlos del horno se deben dejar enfriar unos cinco minutos, se desmoldan y se les deja reposar algo más en una rejilla o en un paño poroso.
Se pueden comer calientes, recién salidos del horno, pero a mí me gusta que descansen unas 12 horas.
Si no los quieren integrales basta con cambiar por harina normal y azúcar refinada, aunque hay que bajar la cantidad de azúcar a 1/2 taza.
Más fácil no puede ser, así que aquí queda la receta... ¿será que alguien se anima?
En primer lugar me gustaría decir que, simplemente, soy un escritor que cocina: he tomado cierta afición por los panes rápidos, entre ellos los muffins (al estilo americano, como nuestros ponquecitos) y al menos una vez a la semana cocino para tener para las meriendas.
Comparo la cocina y la escritura a partir de aquella famosa frase de Poe: "el efecto lo es todo". En ambas artes uno puede conocer los sabores y efectos de los ingredientes (que podríamos llamar canela y metáfora, suspenso y nuez moscada, por ejemplo) de manera individual, pero siempre es un reto la combinación. En la imaginación surge un sabor específico, un sabor "meta" y uno selecciona los ingredientes, calcula sus medidas, comienza a mezclarlos y espera impaciente para saber el resultado.
Después de algunos minutos de horno uno puede dar un mordisco y decidir: tal vez quedó satisfecho, tal vez no tanto, pero, en el peor de los casos, casi siempre queda el deseo de volver a intentarlo hasta lograr el sabor buscado.
Primero que todo, acá tienen una imagen del muffin que resultará de esta receta (que, por cierto, es original y, para los escépticos: sí, funciona en casa):
Se necesitarán:
2 tazas de harina integral
2 cucharaditas de bicarbonato de sodio
1 cucharadita de canela en polvo
3/4 de taza de azúcar integral
1 cucharada de leche descremada en polvo
1 taza de agua
1 huevo
1 manzana grande rallada
1/2 taza de pasitas
Primero se calienta el horno a unos 375° F y se prepara un molde para muffins de 6 unidades grandes (1/2 taza. La idea es colocar simplemente algo de aceite pero sólo en el fondo del molde para que le muffin pueda crecer.
Luego se coloca en un recipiente el agua, se le añade el huevo ligeramente batido y se mezclan hasta homogeneizar. Se toma un colador y se comienzan a agregar los ingredientes secos, tamizándolos previamente: la harina, el bicarbonato, la canela, el azúcar y la leche descremada.
Se revuelve hasta que toda la mezcla esté humedecida: no importa si quedan algunos grumos, desaparecerán al momento de la cocción. Finalmente, se agregan a la mezcla las pasas y la manzana rallada, se revuelve sólo hasta que se incorporen.
Se comienza a distribuir la mezcla en cada una de las tazas del molde. Se lleva al horno durante media hora o hasta que al introducir un mondadientes (palillo) en el centro del muffin éste salga seco.
Al sacarlos del horno se deben dejar enfriar unos cinco minutos, se desmoldan y se les deja reposar algo más en una rejilla o en un paño poroso.
Se pueden comer calientes, recién salidos del horno, pero a mí me gusta que descansen unas 12 horas.
Si no los quieren integrales basta con cambiar por harina normal y azúcar refinada, aunque hay que bajar la cantidad de azúcar a 1/2 taza.
Más fácil no puede ser, así que aquí queda la receta... ¿será que alguien se anima?
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