Una de tv: ¿Por qué funciona C.S.I.? (Segunda parte)
Y el capitán Jim Brass quien realizó el viaje inverso del laboratorio forense a la división de homicidios y va tratando de proteger el recuerdo de su hija en cada caso que involucra jóvenes.
Aquí comienza mi descuerdo con el análisis de Ballard, quien comenta: “Los espectadores saben que las únicas personas que muestran emociones son las que están a punto de morir. La ausencia de emociones se extiende al elenco, que nunca expresa un destello de ira o aversión. Los miembros del equipo no tienen relaciones entre sí, y hay pocas rivalidades y nada de romance. Casi nunca vemos dónde viven ni sabemos mucho de ellos.” Realmente esto es falso.
Catherine constantemente está constantemente enfrentada a lo que hubiese sido su vida de haber seguido como bailarina y ve en cada asesinato de sus antiguas colegas la ineludible exigencia de la búsqueda de justicia por solidaridad.
Todos los miembros del equipo ven a Gil Grissom como una especie de figura paterna, él parece cansado y poco dispuesto a asumir este papel. Warrick, ante el momento del secuestro y casi muerte de Nick pone las cosas en perspectiva y decide casarse con su novia. Es cierto, no sabemos todo lo que podríamos saber sobre la vida personal de los personajes. Pero la emoción es un motor fundamental en sus acciones y sus interrelaciones.
Por emoción Grissom es capaz de continuar buscando evidencias que puedan salvar a quien presume inocente. Por emoción Catherine puede extralimitarse en algún interrogatorio a un hombre sospechoso de asesinar a una niña.
De manera que la naturaleza humana y las emociones que genera son uno de los puntos de atracción de CSI.